Si tienes una piscina en casa, sabes lo importante que es mantener el agua en condiciones óptimas. No solo por estética o confort, sino por salud y seguridad. Un agua cristalina no siempre es sinónimo de buena calidad, y confiar solo en la apariencia puede llevarnos a errores. Por eso, medir la calidad del agua debe formar parte de tu rutina de mantenimiento. ¿Pero qué debemos medir y cómo hacerlo correctamente?


¿Por qué es tan importante controlar la calidad del agua?
Un agua mal equilibrada puede volverse turbia, irritar la piel y los ojos, corroer los materiales del vaso o generar proliferación de algas y microorganismos. Además, mantener el agua en su punto ideal ayuda a alargar la vida útil de la instalación y a ahorrar en productos químicos.
Y aquí es donde aparece otro factor clave del que te hablamos en esta entrada sobre el tiempo de filtrado de la piscina: el sistema de filtración es el gran aliado (y a veces el gran olvidado) en el mantenimiento de una piscina saludable. Medir es solo una parte del trabajo; la otra es mantener el agua en movimiento y filtrarla el tiempo adecuado cada día.


¿Con qué medir la calidad del agua de una piscina?
La forma más práctica para particulares es el uso de kits analíticos comerciales, que pueden ser de tiras reactivas, gotas o incluso medidores digitales más precisos. Para un mantenimiento doméstico frecuente, los kits de tiras son rápidos y suficientes; para un control más preciso, los digitales o de gotas son recomendables.
Además, en piscinas salinas, es ideal contar con un medidor de salinidad (conductímetro), que te permitirá ajustar los niveles y garantizar el correcto funcionamiento del clorador salino.


Principales parámetros que debes controlar:
1. pH
- ✔️ Ideal: 7,2 a 7,6
- Por debajo: el agua será más ácida, corrosiva para instalaciones y molesta para la piel.
- Por encima: el desinfectante pierde eficacia y el agua se vuelve turbia.
2. Cloro libre (en piscinas con cloro)
- ✔️ Ideal: 1 a 1,5 ppm
- Si el nivel es bajo, no se elimina bien la materia orgánica ni los microorganismos.
- Si es alto, puede provocar irritaciones o un olor fuerte.
3. Redox (en piscinas salinas)
- ✔️ Ideal: 650 a 750 mV
- Este valor indica la capacidad oxidante del agua, es decir, su poder desinfectante. Una piscina salina bien equilibrada debe mantener estos niveles sin forzar el clorador.
4. Alcalinidad
- ✔️ Ideal: 80 a 120 ppm
- Actúa como tampón del pH. Si está muy baja, el pH será inestable; si está muy alta, costará corregir el pH.
5. Dureza cálcica
- ✔️ Ideal: 200 a 400 ppm
- Una dureza muy baja puede corroer, mientras que una muy alta favorece incrustaciones.
6. Nivel de sal (en piscinas salinas)
- ✔️ Ideal: 4.000 a 6.000 ppm, según el fabricante del clorador.
- Niveles inadecuados afectan directamente la producción de cloro.


Consejos prácticos:
- Realiza controles dos veces por semana en verano, y una vez semanal en primavera u otoño.
- Ajusta primero el pH, luego el resto.
- Si llueve, hay muchos bañistas o haces un aporte de agua, repite el análisis.
- Recuerda que una buena calidad del agua también depende de un buen sistema de filtración, y del tiempo de filtrado diario, como te explicamos en esta otra entrada sobre el tiempo de filtración adecuado.